viernes, 22 de mayo de 2009

¿A dónde va el mundo?


¿En qué mundo vivimos? ¿Tiene algo algún sentido? ¿A dónde va esta sociedad? Si todo lo controla el dinero y el poder y las ganas de conseguirlo. Estas ganas se manifiesta en sentimientos como el odio, la envidia, el miedo... Y mucha hipocresía. Es curioso criticar ciertos asuntos por el simple hecho de criticarlas, ya sea por llevar la contraria, por miedo, por intereses, por lo que sea... cuando al final esos mismos asuntos no nos importan lo más mínimo si ocurren.


Es fácil criticar las guerras en el mundo y la violencia, cuando a mucha gente realmente le importa un carajo quienes mueran, pues solo se miran al ombligo. O los "solidarios" que critican la explotación infantil en países subdesarrollados y luego se pillan las Nike más caras que encuentran. Hipocresía pura y dura. Debe ser que la gente solo se mira al ombligo...


La mecanización de la vida me abruma. ¿Nací para únicamente crecer, trabajar, tener hijos, educarlos y morir? ¿Nada más? ¿Para que el mundo lo controlen cuatro pelagatos en organizaciones secretas o como se las quiera llamar? Mucha libertad, mucha democracia, pero el mundo lo llevan a sus anchas los de arriba, queramos o no. La libertad y la democracia que exhibimos tener la deciden esas personas, no nosotros. Todo son intereses políticos, económicos... los que sean.


Y lo peor de todo: nadie hace nada. O somos muy borregos o nos hemos resignado a que el mundo deba ser así y punto. O somos muy burros y con tener la tele encendida 24 horas y el típico salario a fin de mes para comer, por el cual tragamos cualquier gilipollez del jefe o de quien sea, somos felices o, ¿qué pasa? Y el que va contra el mundo, es apartado de la sociedad, tomado por loco y diciéndolo mal, si "toca mucho los huevos" lo eliminamos en plan "fue un accidente" y listo.


Yo no lo veo sentido a la vida si es así. No le veo lógica. No me entra en la cabeza, que mi motivo de vivir, sea matarme a trabajar para no morir de hambre. Dejarme la espalda simplemente por el dinero, pensando en un futuro en el que poder ¿vivir? bien y sin demasiado sobresalto, mientras todo sigue su curso normal mecanizado. Pensando en ese futuro, que es la muerte, porque la vida la pasamos así, ignorando el presente y haciendo oídos sordos a lo que sea.

Pero claro, criticamos el mundo, pero nos resignamos a el. Debe ser lo que pasa, somos unos cobardes que criticamos a las espaldas pero no damos la cara cuando hay que darla. Que nos vendemos como se vendían los romanos, yendo al circo a ver leones y gladiadores. Con teleculebrones para lavar el cerebro y nuestros eurillos a final de mes, oiga, eso que no falte.


La vida la hemos convertido en algo insustancial, interesado, material... es una pena oírlo pero es así. Y probablemente no cambie, ya destruiremos el planeta antes...

viernes, 15 de mayo de 2009

La quimera de los sueños


Cuando cae la noche los sueños corren en libertad bajo la mirada de las estrellas. Las sombras de las tinieblas nocturnas son el escondite de las quimeras de todo soñador, de sus sueños, que no pueden salir en mitad del día por miedo a que se evaporen ante la mirada cruel e impasible de la gente que vive al son de la rutina y de la mecanización de sus vidas.

Durante estas horas donde las mentes de la sociedad descansan, los sueños corren libres por los senderos de la libertad y de la esperanza. Corren sin descanso hasta que el amanecer los obliga a volver a la morada de sus soñadores por miedo a no desaparecer y caer en el olvido...

¿Igualdad económica o igualdad de oportunidades?


¿Qué es lo más importante para la población: un reparto equitativo del dinero o un reparto equitativo de las oportunidades? Probablemente el habitante se conforme a estas alturas con poder llevar a fin de mes con mínima solvencia y sin muchas dificultades. El problema es que vía tomar para llegar a este fin.


Hay defensores de la igualdad económica, visión tan respetable y factible como cualquier otra. Sin embargo, en estos tiempos de crisis, intentar aspirar a un reparto igualitario del dinero entre la población es una tarea prácticamente imposible. Demasiada gente en paro, demasiada recesión económica, demasiado sector productivo en horas bajas. Si no se puede asegurar todo esto, aunque sea el trabajo para la población, mucho menos se puede asegurar una igualdad económica.


En estos días de dificultades económicas, debería primar más la igualdad de oportunidades. Quien tenga oportunidades ( y las aproveche, claro está) estará en disposición de ese dinero necesario para una igualdad económica. No estamos tan sobrados de dinero como para irlo repartiendo a gente que no saca partido de el.


Creo que es necesario un cambio radical en España. No veo que el PSOE pueda salir de esto. Sea quien sea la alternativa, tiene que cambiar el panorama nacional, pero apoyando la igualdad de oportunidades. Con ello llegará también una igualdad económica, ya que quien aproveche estas oportunidades conseguirá un salario acorde a sus funciones, y asi se dejará de desparramar dinero sin sentido. Para ello, hay que fomentar estas igualdades, empezando desde la escolaridad, pasando por todas las necesidades básicas de las personas y terminando por el trabajo. Algo no debe ir bien cuando en España existe tanto paro y sin embargo existen empleos libres en todas las ciudades españolas. Hay que adaptarse a los tiempos que corren. Las empresas también. No puedes exigir tres, cuatro o incluso cinco años de experiencia a la gente que quieres en tu puesto de trabajo cuando gente recien salida de carreras universitarias o con menos años de experiencia de los solicitados pueden también realizar las funciones que se piden. Hay que confiar en la juventud para salir adelante y no desalentarlos cerrandoles las puertas.


Centro el tema en la juventud, porque me afecta directamente, porque el futuro es esta juventud y quien debe marcar los comienzos del cambio, pero esta igualdad de oportunidades debe estar representada por toda la población, tanto hombres como mujeres, sin distinción de sexo, ni clases sociales, ni cultura.


lunes, 11 de mayo de 2009

El tiempo no lo cura todo


El otro día andaba hablando con un familiar sobre las,tan temidas en ocasiones, relaciones amorosas cuando me dijo de repente la tan oída frase: "Con el tiempo todo se olvida". Seguimos conversando un rato más pero aquella frase siguió rondando mi cabeza durante el tiempo que transcurrió el resto del diálogo, sin que ello interrumpiese la fluidez de lo hablado.


Tras finalizar la conversación aquellas palabras se mantuvieron en mi mente como si de un secreto inconfesable se tratase. "Con el tiempo todo se olvida" me repetía mentalmente una y otra vez, simulando la repetición de un recado que debes llevar a cabo y que recuerdas continuadamente. No estoy tan seguro de que con el tiempo todo se olvide, realmente creo que el tiempo no ayuda a olvidar absolutamente nada.


A nivel general, el ser humano lleva poblando el planeta desde hace cientos de miles de años, y desde siempre han existido, por citar un ejemplo, las guerras, y creo, repito creo, que todos los seres humanos seguimos sabiendo como herir, dañar e incluso matar al prójimo. Hay cosas que no se "olvidan" y más todavía cuando se trata de sacar beneficio propio. Por desgracia.


Entrando ahora en un plano personal, todas nuestras vivencias son almacenadas en nuestra mente y nunca llegan a ser olvidadas aunque creamos que si. Para empezar, no es el tiempo el que nos "ayuda" a apartar estas situaciones de la vida como pueden ser momentos vividos, emociones, sentimos, palabras... sino el interés del momento. Dentro de las relaciones amorosas, y entrando en el tema tratado con mi familiar, el tiempo no cura las heridas del amor, ni te facilita el aislamiento del corazón y de la mente de esa persona querida, sino que es esa misma persona la que hace recordarla a ella misma, aunque suene algo extraño. Más fácil, cuando tienes una ruptura con tu pareja, no la olvidas por el paso del tiempo, realmente es olvidada por muchas causas, que llamaremos en esta caso intereses. Estos intereses pueden ser, entre otros, la concienciación por parte de la persona de que esa relación no seguía el sendero apropiado, cambios de humor que hacen ver a esa persona de otra manera y, la más común de todas, el conocer a otra persona de la cual te enamoras. Sin embargo, esto es atribuido al tiempo, porque, innegablemente, el tiempo es continuo y no se puede parar y transcurre queramos o no, pero no es el tiempo en si el que nos hace cambiar de ideales, sino la época, los intereses, las situaciones, la vida.


Dicho esto, finalizo diciendo que el tiempo no espera a nadie y, por lo tanto, y mucho menos, nos ayudara a olvidar algo que el mismo deja atrás.

Hoy soñé


Hoy soñé que volvía a ser niño. Que el destino y el tiempo se ponían de acuerdo y me hacían un guiño y me daban una segunda oportunidad.


Volvía a ser aquel niño rubio de mirada curiosa e impresionable que soñaba con ser astronauta un día, al otro futbolista, al otro bombero...


Ese niño que iba al colegio dispuesto a superar su dura jornada laboral luchando con vocales, con sumas y con notas musicales, deseando que llegara el recreo para convertirse en una estrella del fútbol internacional mientras pateaba la lata de coca cola de turno.


Salir de clase sin preocuparme de como llegar a casa pues allí siempre estaba mi chófer privado que siempre me llevaba a casa, una casa donde nunca tuve que cocinar porque siempre estaba la comida hecha entre sonrisas de mis padres que siempre me interrogaban con preguntas para saber como me fue el día. Las mismas preguntas que sigo escuchando hoy día pero algo más complejas...


Pasar la tarde en constante batalla con la tabla del 2, o la del 3, incluso la tan laboriosa tabla del 9, hasta terminar exhausto. Qué tiempos aquellos...


Para luego salir un rato con al parque, el parque de siempre con los columpios de siempre, que sigan ahí, más o menos viejos y corroídos por el sol.


Luego llegar a casa y comenzar con el maratón de dibujos animados de ayer y de hoy, y que siguen echando hoy y echarán mañana.


Para que luego llegara la típica discusión de la hora de la ducha. Escuchar a tu madre durante media hora diciendote que te vayas a duchar, para que cuando al final consigue hacerte entrar a darte tu baño diario, se pegue otra media hora llamándote para salir. Cosas de críos.


Al salir, en la mesa el tazón de leche con cola cao ya preparado con todo el cariño de mi madre. Me lo tomo con calma y saboreandolo totalmente.


Es hora de dormir. Llego a la cama. Mi madre llega y me arropa con las sábanas y mi manta amarilla de siempre, y me da un beso cálido de buenas noches. Y me duermo. Y sueño. Y sueño que soy mayor, como siempre he deseado, ser mayor.


Y despierto. Y si. Soy mayor. Y me gustaría volver a ser niño...

sábado, 9 de mayo de 2009

La falta de oportunidades


Miles de jóvenes en España se encuentran ante la dificultad de encontrar su primer trabajo entre la crisis económica que afecta a toda la sociedad.
Encontrar trabajo se está convirtiendo hoy en día en una misión casi imposible. El paro en España está alcanzando cotas que no se veían desde hace años y cada vez más gente se queda sin trabajo sin que nadie lo pueda remediar. Y parece que esto aun durará un par de años más, porque no se estan cumpliendo las previsiones propuestas por lo que no se sabe hasta cuando se prolongará esta crisis.
Centrándonos en los jóvenes, estos se encuentran ante una dificultad especial para encontrar trabajo. Aunque muchas carreras presenten en su etapa final prácticas en empresas para sus alumnos, después de las cuales muchos jóvenes se mantienen en estas empresas con contrato laboral, gran cantidad de ellos no tienen la posibilidad de introducirse en el ámbito laboral.
Si ya de por sí el trabajo disponible es escaso para los jóvenes, más todavía lo es cuando en gran cantidad de ellos se pide una experiencia mínima, normalmente, de 2 años. ¿Cómo van a tener experiencia mínima miles de jóvenes que se enfretan por primera vez a un trabajo? ¿Y cómo se pretende que obtengan experiencia laboral cuando casi ninguna empresa se las brinda? Los jóvenes no pueden tener experiencia si no se les da oportunidades desde un principio. No podemos restringirle de esta manera el acceso laboral a los jóvenes. Es una manera de desalentarles y desanimarles cara a su futuro, y mas todavía en años de crisis. Es una manera de cortar de raíz el espíritu emprendedor de los jóvenes y matarlo lentamente. Debe ser que las prioridades de las empresas son otras...
Otro caso es la mala planificación de la educación. ¿Realmente merece la pena tanto año dedicado al estudio para no obtener una recompensa? ¿Es necesario realizar una carrera universitaria o un ciclo formativo para luego trabajar en algo para lo que no se ha estudiado? ¿Es justo que un jóven que ha terminado bachillerato, y al salir de el, solo pueda aspirar a los mismos puestos de trabajo que otro jóven que ni siquiera ha terminado la secundaria? A mí me parece que no. Algo debe ir mal. Juzguen ustedes mismos.