lunes, 6 de julio de 2009

El fuego de Eva


- Coge a tu hermana, ¡Rápido! Llévatela de aquí y esconderos bien. ¡Vete!
- Sí, papá.

El fuego iba consumiendo la casa rápidamente mientras John seguía atentamente los pasos de Alex llevando de la mano a su hermana pequeña Vanessa. La ceniza le rondaba la cara debido al viento que soplaba por las ventanas rotas de la casa. Estaba allí. Notaba su presencia. Volvería en cualquier momento.

En ese instante, hubo una explosión en el piso superior y el suelo de la habitación de arriba se derrumbó cortando el paso a los dos niños... John fue corriendo todo lo rápido que pudo para llegar a ellos, pero entonces apareció él, con su largo cuchillo en la mano y su capucha cubriendo su cara.
- ¡Aparta!
- ¿A dónde crees que vas John?

John se abalanzó sobre él, pero de una embestida el extraño lo lanzó a varios metros de allí dejándolo aturdido.Entonces el desconocido del cuchillo se dirigió en dirección de Alex y su hermana pequeña Vanessa, sus verdaderos objetivos. Los dos niños se habían pegado a una esquina intentando esquivar la columna que había caído del techo y el fuego que se les acercaba poco a poco. El hombre del cuchillo estaba cada vez más cerca y los niños cada vez más asustados entre las llamas y el aliento de su perseguidor.
- ¡Buh¡ Hola niños.
- ¡Vete imbécil! ¡Ni se te ocurra tocar a mi hermana! - gritó Alex cubría a su Vanessa de las llamas y se ponía en la trayectoria visual del extraño.
- ¡Ja,ja,ja! Muy valiente pequeño. Pero conmigo no hay juego que valga.

El encapuchado empezó a caminar en dirección a Vanessa lentamente. Entonces Alex se le tiró encima, pero nada pudo hacer. De un empujón lo tiró contra la pared, dejándolo noqueado.

- Ahora voy a por ti, Vanessa...
Vanessa empezó a gritar y llorar pidiendo ayuda, pero nadie le escuchaba...

John abrió los ojos. Los gritos de su hija. Los oía, pero no sabía de dónde procedían. Se levantó sobresaltado mirando a todos lados intentando localizar de donde provenían los gritos. El fuego le abrasaba la piel, pero le daba igual. Era su pequeña.

Mientras, el encapuchado, cuchillo en mano, se acercaba cada vez más a Vanessa, y está ya casi podía sentir su tacto en su piel.

- ¡Vamos a jugar! - Decía suavemente el extraño - ¡No tengas miedo!

Vanessa mientras, no paraba de gimotear.En ese instante apareció Eva.

- ¡Mamá! - gritó con lágrimas en los ojos Vanessa.
- ¡Cariño! ¿Estás bien? - preguntó preocupada Eva mientras abrazaba a su hija.
- ¡Cuidado mamá!

Gracias al grito de Vanessa, Eva pudo esquivar la cuchillada que el encapuchado había querido dar la niña, el cual se quedó clavado en la pared.

- Hola... Eva... - dijo con una sonrisa maléfica en los labios el hombre del cuchillo
- ¿Quién eres? ¿Dónde está Alex?
- No te preocupes, Alex, está bien. A quien quiero es a Vanessa.

En ese momento Alex despertó y fui corriendo hacia donde estaban su madre y su hermano

- ¡Alex, hijo! ¿Estás bien?
- Si... solo me duele un poco la cabeza... ¿Cómo estás hermanita?
- Tengo miedo...

En ese momento el encapuchado sacó otro cuchillo y se dirigió rápidamente para atacar de nuevo. Eva abrazó fuertemente a sus hijos, mientras le susurraba a Alex:

- Coge a tu hermana y corre todo lo que puedas - Y le besó en la mejilla mientras acariciaba el pelo rubio de Vanessa. - Te quiero Alex...
- Y yo mamá.

Los niños corrieron todo lo que pudieron y el encapuchado se abalanzó sobre ellos. Esta vez no había otra solución. Eva se puso en la trayectoria del ataque del encapuchado mientras sus hijos huían a toda prisa. Notó como el frío metal atravesaba su vientre y su pecho. Un hilo de sangre salió de su boca.
- Os quiero hijos...

John solo llegó a tiempo para encontrar el cuerpo de su mujer entre un charco de sangre. No había rastro del encapuchado ni de sus hijos por ningún lado. Se arrodilló frente a ella y comenzó a llorar sin consuelo. Las lágrimas de sus ojos se mezclaban con la sangre de Eva. Entonces la abrazó...

- ¿Por qué? ¿Por qué? ¡Noooo! ¡Evaaaa!
- Papá...

Eran Vanessa y Alex. Se habían escondido en un pequeño hueco a las afueras de la casa y acudieron a los gritos de dolor de su padre. Se unieron los tres para despedir en silencio a Eva....

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